lunes, 8 de agosto de 2011

¿Mató la juventud a la Modernidad?


Para muchos la Modernidad ha terminado y ahora nos encontramos dentro de la Postmodernidad. Se terminan las Ideologías, las significaciones últimas, los "ismos", como Marxismo, Cristianismo, etc., llamados "Metarrelatos". No pudieron dar la felicidad al hombre y los abandona. Como habíamos dicho en otros blogs, se ponen varios acontecimientos y hechos que marcan el fin de la Modernidad: Auschwitz, la Descolonización, el Movimiento estudiantil del 68, el Hipismo, la Caída del muro de Berlín: el 89 con la caída del Marxismo. La posición es ahora: lo real no es lo racional. Desde este planteamiento el hombre individual se sitúa como lo máximo y el eje central de todo. La juventud aparece dentro de la cultura individual y se afirma por medio de las tres pulsiones fundamentales en explosión: generar, dominar, poseer, en un individualismo "pluralista" “tolerante”, dentro de un horizonte aparente sin límites. Los modelos culturales de Occidente, el griego como análisis del cosmos, el romano como comprensión de la sociedad en las leyes y la paz, y el cristiano como libertad del hombre imagen de Dios en el cosmos, en el que se compaginan el "homo sapiens", con el "homo faber", desaparecen. Ahora se habla del “homo aestheticus” (el hombre estético), pero para muchos lo que predomina es el “homo pavidus” (el hombre asustado). Se imponen tres grandes fuerzas: El Estado, el Mercado y la Técnica; y termina dominando esta última por su dinamismo interno de observación, hipótesis, experimento, tesis, como círculo a repetirse siempre incluso fuera de posibles ofertas y demandas. En esta mentalidad, el absurdo de la nueva existencia desvirtúa la verdad irrefutable del verdadero Estado, del auténtico Mercado y la necesidad de la Técnica.

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