jueves, 25 de agosto de 2011

La luz del misterio: Solidaridad.


En Cristo se revela el misterio del hombre, y el misterio del hombre es en especial el misterio del sufrimiento. En Cristo se revela el enigma del dolor y de la muerte. Sólo en el amor se puede encontrar el sentido salvífico del dolor. El dolor de María y los Santos nos ayudan a encontrar esta respuesta. El sufrimiento se convierte en fuente de fuerza para toda la humanidad; nuestro dolor obtiene el máximo valor, pues se torna en solución ante cualquier absurdo y falta de sentido, nuestro dolor se torna en Cristo, redención. Sin padece el dolor en Cristo, el sufrimiento es absurdo e intolerable. Sólo padeciéndolo en Cristo se vuelve un precioso tesoro de la máxima utilidad y productividad: redimimos el mal en íntima unión con Cristo. Éste es el sentido misterioso del dolor y del sufrimiento. Misterio, no por su oscuridad, sino por su luz que encandila. Esta luz es la luz de la más plena solidaridad que pueda imaginarse. Sólo se barrunta desde nuestra solidaridad con Cristo gozoso en su resurrección. Desde esta plenitud de victoria sobre la muerte y por tanto sobre el dolor y el sufrimiento, en lo cual somos gozosamente solidarios, se puede entrever positivamente el valor glorioso de la cruz de Cristo y de nuestra propia cruz, y entender por qué Cristo llama la cruz su plena  glorificación. La resurrección llena de paz, serenidad y armonía la plena destrucción, dolor y aniquilamiento de la cruz, de la muerte de Cristo, de nuestra cruz, de nuestra propia muerte. Si el dolor permanece como enigma, no tiene solución, es desesperante y absurdo. Si el dolor se vive experimentalmente como el misterio de la solidaridad con Cristo en su resurrección y cruz redentora y en solidaridad victoriosa contra todo el sufrimiento de nuestro mundo, el dolor se torna misterio luminoso que nos brinda la paz. El misterio no es ya el dolor en sí mismo, sino nuestra victoriosa solidaridad. Del ámbito del dolor se desplaza el misterio a su recta perspectiva: la profunda solidaridad.

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