Un colega mío en el Vaticano fue el Venerable Cardenal Francis Xavier Ndguyen Van Thuan. Era una persona del todo excepcional, con un carácter festivo y siempre alegre. Era un vietnamita, apenas fue consagrado Obispo en su tierra y empezado su ministerio en la capital, Ho Chi Minh, cuando fue arrestado por el Gobierno comunista. Doce años lo tuvieron en aislamiento total en un oscuro calabozo; después lo pasaron con los demás presos. Tenía un guardia que lo vigilaba constantemente. Funcionarios del Gobierno pensaban que el Vaticano pasaba consignas secretas a los católicos vietnamitas y que la lengua que usaba era el latín, entonces le mandaron al Obispo que le enseñara latín a su custodio, a lo que él accedió gustoso. Le enseñó entre otras cosas cantos en latín, y era cómico ver a su guardia comunista haciendo su gimnasia matinal y cantando en latín “Ven Espíritu Creador”. En cierta ocasión me decía el Cardenal, ¿conoce Ud. La nueva Trinidad?, el Padre es Omnipotente, el Hijo es la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo es el Amor de Dios, pero ahora en nuestro mundo cambian: “el Padre es la Casa Blanca, el Hijo es la CNN y el Espíritu Santo es el consumismo comercial”.
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