domingo, 24 de julio de 2011

¿Se ha preocupado la Iglesia católica por los cuidados paliativos?


En la Tradición de la Iglesia católica se encuentra desde temprana época la fundación de hospitales, en los cuales de una manera especial se atendían a los moribundos. Se daban diferentes prescripciones sobre la “cura animarum” (atención a las almas), que especialmente insistían en los cuidados espirituales para los moribundos. De aquí el mandato a los médicos en la Edad Media, de informar al enfermo de su estado de gravedad y de proveer a los auxilios espirituales necesarios de manera que quien no lo hacía era castigado. En 1403 aparece una obra del clérigo  Jean de Gerson, canciller de la Universidad de la Sorbona en París, titulada “Opus tripartitum” (Obra en tres partes), en la cual, la tercera se titulaba "Ars Moriendi" (Arte de morir), y que tuvo muchísimo éxito, tanto que se divulgó por todas partes, haciendo traducciones a diversas lenguas. La convicción de la Iglesia es que “es un verdadero arte ayudar a morir”. Esta preocupación cubre los demás siglos. Al llegar al siglo XIX, la Iglesia funda los "hospicios" para la asistencia pastoral y espiritual de los enfermos.. Así llegamos al s. XX y nos encontramos con la iniciadora formal de lo que hoy llamamos Cuidados paliativos, la enfermera inglesa Cecyle Saunders

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