lunes, 17 de octubre de 2011

La Alquimia.

Ya desde el siglo IV antes de Cristo encontramos tratados de Alquimia en la cultura china. La Alquimia trata de la conversión de metales corrientes en oro. Esta conversión es algo que va conectado con la inmortalidad, es por tanto una de las principales técnicas de inmortalidad. Se dice que el oro se encuentra en el centro de la tierra y que la Alquimia acelera el tránsito de metales menos nobles en oro. Y según el principio de la homologación del macrocosmos en el microcosmos, esto se realiza también en el interior del hombre en el cual se encuentran los cinco elementos del macrocosmos: agua aire, tierra fuego y madera. El aire se encuentra en los pulmones, la tierra en el estómago, el fuego en el corazón, el agua en los riñones y la madera en el hígado. Lo que sería el oro se representa por el sulfato de mercurio que en esta cultura llaman Cinabrio. Hay Cinabrio en tres partes del cuerpo, bajo el corazón, bayo el cerebro y bajo el vientre, las técnicas alquímicas tienden a aumentar el Cinabrio. Estas técnicas consisten en el elixir de inmortalidad, en el contacto con los inmortales que moran en una isla en medio de los mares y en las propiamente técnicas de inmortalidad. Una de estas es tomar por un año píldoras de alquimia del mercurio amarillo, mediante ellas se llega al contacto con la isla de los inmortales y se alcanza la inmortalidad. Respecto al Cinabrio, se aumenta mediante procedimientos sexuales que hacen que el cinabrio del vientre pase al Cinabrio que está bajo el cerebro.
La Alquimia, que se da también en las culturas occidentales, especialmente de la Edad Media, o también en la “búsqueda de la fuente de la perenne juventud”, ahora se suple con la Técnica y las ciencias médicas dirigidas vanamente a obtener la inmortalidad. La verdadera Alquimia, el vencer nuestra mortalidad, no se da fuera de nuestra unión con Cristo resucitado que nos hace a la vez resucitar.

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